Sevilla acoge una cumbre clave para el futuro de la Agenda 2030

Sevilla se convirtió este verano en el epicentro mundial del debate sobre cómo financiar el desarrollo sostenible. Del 30 de junio al 3 de julio, la ciudad acogió la IV Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo, una cita de la ONU en la que participaron casi todos los países del mundo.

La reunión llega en un momento decisivo: a cinco años de 2030, el horizonte marcado para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la brecha de financiación supera los 4 billones de dólares al año. Sin nuevas soluciones, será imposible erradicar la pobreza, frenar la crisis climática o garantizar servicios básicos como la salud y la educación.

El gran resultado de la cumbre fue el llamado Compromiso de Sevilla, un documento aprobado por consenso que incluye más de 130 medidas para acercar al mundo a la Agenda 2030. Entre ellas destacan:

  • Más recursos para los ODS: se anima a los países a reforzar la recaudación fiscal, invertir en proyectos sostenibles y movilizar tanto fondos públicos como privados.

  • Alivio de la deuda: se crearán nuevos mecanismos para que los países más pobres puedan destinar dinero a desarrollo y no solo a pagar intereses.

  • Reforma del sistema financiero global: se impulsará una mayor transparencia, se tendrán en cuenta indicadores de vulnerabilidad más allá del PIB y se revisará el papel de las instituciones internacionales.

El encuentro de Sevilla supone un impulso al multilateralismo en un contexto internacional complejo. Aunque los acuerdos no son legalmente vinculantes, establecen una hoja de ruta que podría acercar a los países a los ODS.

El gran desafío ahora es pasar de las palabras a los hechos: si los compromisos se cumplen, millones de personas podrían ver mejoras en su acceso a educación, sanidad y oportunidades económicas, además de un mayor avance en la lucha contra el cambio climático.

En definitiva, Sevilla ha recordado al mundo que aún estamos a tiempo de salvar la Agenda 2030, pero que hacerlo depende de una acción colectiva urgente y sostenida.